BACKGROUND
La regresión del lobo ibérico en Portugal, provocada por el ser humano, se produjo principalmente desde los años 70 y dio lugar a la pérdida progresiva de los hábitos tradicionales de protección del ganado frente a los depredadores. Después de 1988, cuando el lobo recibió el estatus legal de especie protegida, las prácticas ganaderas no estaban adaptadas a la presencia de los lobos, cuya población empezaba a recuperarse gracias a la medida jurídica. Principalmente, faltaban perros guardianes de ganado adecuados, en parte debido a la dificultad para conseguir ejemplares buenos para el trabajo y en parte debido a la falta de conocimientos necesarios para lograr criarlos y cuidarlos adecuadamente con el fin de garantizar su eficiencia. La escasez de presas naturales (concretamente, corzos y ciervos) provoca que la alimentación del lobo dependa, en gran medida, del ganado. Con el fin de reparar los daños provocados por este depredador, el Estado empezó a indemnizar a los propietarios perjudicados, en cumplimiento de lo establecido en la ley portuguesa de protección del lobo, siempre que contaran con medidas de prevención, más concretamente, con perros guardianes de ganado.
DESCRIPTION
El Programa «Cão de Gado» (Perro Guardián del Ganado) se puso en marcha en 1996 como parte de la estrategia de conservación del lobo establecida por el Grupo Lobo y ha estado funcionando desde entonces. Su objetivo principal es fomentar la recuperación de razas autóctonas de perros guardianes de ganado como herramienta eficaz para prevenir los daños que el lobo ocasiona a la ganadería y, de esta manera, favorecer que el ganadero tolere la presencia de este depredador en peligro de extinción. El programa dona los perros a los ganaderos, lleva un seguimiento regular de los mismos y evalúa su comportamiento cuando son adultos para poder valorar su eficacia.
PRINCIPLE
La donación de los perros se efectúa cuando tienen 2 meses. Los destinatarios son ganaderos que han sufrido daños por ataques de lobos o que se encuentran en zonas de expansión de estos animales. Los cachorros donados llegan a las explotaciones ya vacunados, desparasitados y con un microchip de identificación implantado. Para garantizar el bienestar de los canes y el seguimiento de unos procedimientos de cría adecuados para el fin que se persigue, se llega a un acuerdo con los ganaderos. Aparte del apoyo que se les presta (p. ej., comida para perros, atención veterinaria, así como asesoramiento jurídico, técnico y en materia de cría), se hace un seguimiento del desarrollo físico y conductual de los perros hasta que alcanzan la edad adulta (18-24 meses), momento en el que se los somete a una evaluación de rendimiento.
CONDITIONS OF SUCCESS
Llevar a cabo una adecuada selección de los cachorros (que desciendan de ejemplares sanos y buenos para el trabajo), cumplir con unas condiciones de cría y cuidado apropiados (sobre todo durante el periodo en el que establecen los vínculos con el ganado que van a guardar), realizar un seguimiento regular y un sistema de control inmediato ante comportamientos inadecuados. Proporcionar asesoramiento técnico a los ganaderos con menos experiencia, así como prestar atención veterinaria y facilitar una alimentación adecuada para los perros. Contar con subvenciones estatales para el cuidado y la manutención de los perros. Estas ayudas, aunque han logrado un mayor uso de la medida de prevención, siguen siendo insuficientes. Informar sobre la presencia de los perros de guarda y concienciar a la población sobre su importante función, explicar cómo se comportan estos animales y cómo debemos actuar frente a ellos para evitar problemas con la comunidad local y los turistas.
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